Todas las personas que salimos a la calle a reclamar Libertad, Amnistía y Estatuto de Autonomía en los años 70 lo hicimos para reclamar la salida de las cárceles de los presos políticos y de los luchadores antifranquistas.
Menuda traición... cuando nuestra lícita demanda se ha convertido en la excusa para no encausar a los asesinos de su propio pueblo.
Los jueces deben no sólo acatar la ley, sino también interpretarla. Y la interpretación de nuestros jueces incide en la ignominia y el mal trato a los asesinados, desaparecidos, torturados en nuestras propias cunetas.
Seguiré sintiendo una profunda verguenza hasta que no se restablezca la maltrecha justicia y los jueces sigan ignorando, en su endiosamiento, a los jueces finales que son el pueblo. Ellos, al fin, sólo deben ser los ejecutores lícitos y racionales de la voluntad del mismo, y no tengo ninguna duda de que hay interpretaciones y vías en nuestras leyes para investigar y condenar a los asesinos.
Os recomiendo vivamente la lectura del siguiente enlace
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